sábado, 25 de noviembre de 2006

Lamenta la ONU que la educación se limite a un sentido mercantilista

Vernor Muñoz considera que el verdadero objetivo es la dignidad de la persona



El abismo que existe entre retórica y práctica de los derechos humanos es similar al que hay entre educación y derecho a ésta, pues los gobiernos consideran que cumplen con esa garantía preocupándose sólo por el acceso a la educación formal, afirmó Vernor Muñoz, relator para el derecho a la educación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
"Los instrumentos internacionales tienen una visión restrictiva de la educación", y al limitarla a esa concepción se deja fuera a 800 millones de adultos y 140 millones de niños y niñas en todo el mundo, afirmó.El relator de la ONU subrayó que se ha limitado la concepción de la educación únicamente a un sentido "mercantilista", pues actualmente se ve como un medio para solventar las necesidades de los empleadores.
"Es cierto, la educación tiene un papel en el combate al desempleo y la pobreza, pero no se reduce a ello, porque si su objetivo fuera sólo solventar el problema del empleo convertimos su sentido a la realización de un producto. Sin embargo, el verdadero sentido no es el producto, sino el ser humano, la dignidad de la persona".En una reciente y fugaz visita a México, Muñoz aclaró que los proyectos educativos tienen que estar encaminados a los derechos humanos, para poder sostener su objetivo final.
"Si se continúa quitando a la educación sus verdaderos fines se le desvirtuará y sólo crearíamos personas sin sensibilidad de sus derechos y responsabilidades, que no son más que la conciencia de los derechos de los demás".
Un banco dirigiendo la educación.
Dijo que las políticas públicas en educación han errado el camino, sobre todo en América Latina, pues se enfocan al problema de la deserción escolar, cuando en realidad se debería hablar de la exclusión, la cual se presenta por factores diversos, como la discriminación, la falta de inversión y recursos económicos, materiales y humanos, amén de la negación de los derechos económicos, sociales y culturales de la ciudadanía.
"Si no hay dinero para la educación no hay desarrollo para los pueblos. Si los gobiernos no destinan el presupuesto suficiente y necesario, no sólo para que las escuelas puedan funcionar, sino para que los niños puedan asistir alimentados, vestidos y dotados de libros de texto, nuestra región (América Latina) estará condenada a la pobreza y al retraso", señaló el integrante de la ONU, y agregó que aunque se habla de una inversión de 6 por ciento del producto interno bruto, la cifra es variable de acuerdo a la problemática de cada país.
Otro de los "atentados" contra la educación como derecho, consideró Muñoz, es la visión de que la familia debe cooperar con parte de los costos que ésta implica, como las cuotas en escuelas públicas como requisito para que los niños accedan a la escuela. Amén de la participación del Banco Mundial en la dirección de los procesos educativos. "Un banco dirigiendo la educación es como un mecánico a cargo de una sala de cirugías".
El relator de la ONU subrayó que esas causas han llevado a la educación a "una realidad dramática", ya que se ha dejado de ver como un derecho humano y se le conceptualiza más como un servicio, "que puede darse o no, que puede suspenderse, relegarse: si hay dinero, bien; si no, pues lo siento mucho. Esta consideración de la educación como un servicio tiene otras consecuencias, pues la educación queda al margen de los proyectos de construcción de ciudadanías responsables y proactivas para los derechos humanos".
Subrayó que los principales obligados a cumplir con dicha garantía son los estados, por lo que, al no conceptualizarla como un derecho, la ciudadanía no puede reclamar en el ámbito jurídico que le sea garantizada.Muñoz hizo hincapié en que la educación no está hecha para que una persona triunfe a costa del fracaso de otros, "sino para que las sociedades aprendan a vivir en solidaridad y los valores sean rescatados".

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